lunes, 24 de septiembre de 2012

El no va más

Jueves 31 de mayo de 2012

EL NO VA MÁS
Alejandro Cañestro



Este viaje por el arte se inicia con el tópico latino del “non plus ultra”, es decir, esa frase recurrente que se emplea en los casinos y en otros ámbitos para designar que no se admite más, sea lo que sea. Algunos podrían personificar el no va más del arte en la figura de Marcel Duchamp, autor, entre otras muchas genialidades, de una atrevida copia en 1919 de la Gioconda de da Vinci con unos bigotes –algo que todos hemos hecho– y la inscripción en francés “Ella tiene calor en el culo”, que ridiculizaba a la pintura clásica. También Man Ray polemizó con sus obras –los denominados “ready mades”, o sea, objetos prefabricados– que pretendían satirizar al arte. Sirva como ejemplo la plancha de hierro con clavos, convertida en un instrumento de funcionamiento imposible, irónico y paradójico pues ¿quién podría planchar una camisa si la plancha contiene clavos? Pero sin duda el no va más se produjo con Kasimir Malevich, un artista ruso –a sí mismo se llamaba “suprematista”, lo que evidencia su acrecentado ego– que tuvo a bien (o a mal, no lo sabemos) pintar hacia 1915 una serie de cuadros con figuras geométricas de colores puros –cuadrados, círculos, triángulos, tan de moda en la actualidad por ser el logotipo de una conocida caja de ahorros…– sobre fondo blanco. Llegados a este punto resulta más que oportuno recordar las palabras del artista francés Maurice Denis, quien afirmaba en 1890 que “un cuadro –antes que ser un caballo de batalla, una mujer desnuda o una anécdota cualquiera– es esencialmente una superficie cubierta de colores agrupados en un cierto orden”. A simple vista puede parecer que lo de Malevich no tiene nada de transgresor pero ¿qué pensarían si les dijera que al genio en cuestión se le ocurrió pintar la nada? Sí, ¡la nada! Imagínense: un cuadrado, un círculo o un triángulo blanco sobre fondo blanco. Ahora sí que sí: el no va más.

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