viernes, 16 de noviembre de 2012

VESTIDOS POR LOS PIES

Viernes 16 de noviembre de 2012



VESTIDOS POR LOS PIES
Alejandro Cañestro

            Resulta evidente que, cuando uno se viste, lo hace por los pies aunque el auténtico significado de este dicho debe hallarse en los tiempos de la Edad Media, en que los caballeros llevaban armadura y si se la ponían por la cabeza, dado su peso, corrían el riesgo de caer de espaldas, comenzando a vestirse por los pies. En tal sentido, la historia de la indumentaria (una rama de la historia del arte) nos ofrece un panorama amplio que permite que se conozcan los complementos y vestidos que se llevaban en épocas pasadas. Y dentro de ellos, el calzado ocupa un lugar relevante. Todo comienza en el antiguo Egipto, cuando faraones y otros agregados al poder usaban sandalias para no andar por las arenas del desierto y tanta importancia se le daba al calzado que incluso a los obreros de las pirámides, en lugar de darles el salario correspondiente, se les daban pares de sandalias de junco, papiro, palmera o cuero, además de vestidos, aceite y conos perfumados para sus fiestas y cumplimientos religiosos. El común de los mortales egipcios no llevaban calzado porque su exigua economía no les daba para tal lujo, que estaba reservado para los más altos representantes de los estamentos sociales: el faraón y algunos miembros de la corte, especialmente sacerdotes, quienes tenían por lo general dos pares de sandalias, uno de diario y otro blanco para las ceremonias. Además de ellos, solían incorporar a sus ajuares funerarios algunos otros pares así como los que calzaría el difunto (es apropiado recordar este pasaje del Libro de los Muertos: “Oh Osiris, toma tu parte, tus vestimentas y tus sandalias”). Es muy conocido el caso de Tuthankamón, en cuya tumba se hallaron unas sandalias de junco con la inscripción “Vida, prosperidad y salud” y la momia llevaba un bellísimo par de sandalias de oro y lapislázuli. Ello nos indica que para los egipcios, el calzado era indudablemente un bien preciado, llegando a montar una verdadera industria que las fabricaba de oro, marfil, madera. Otro rasgo que revela su importancia radica en la introducción de un nuevo personaje en el séquito del faraón: el portasandalias, un acólito del rey que iba a todas partes con su caja para guardar las sandalias que el monarca no llevase puestas en ese momento. Pero la coquetería egipcia no quedaba ahí… Esto no ha hecho más que empezar.

viernes, 9 de noviembre de 2012

LAS DOS CES DE ROMA

Viernes 9 de noviembre de 2012


LAS DOS CES DE ROMA
Alejandro Cañestro
Valeriano Venneri

 
Decía Weisbach que el Barroco podía sintetizarse en lo heroico, lo ascético, lo místico, lo erótico y lo cruel. Ciertamente tenía toda la razón, si bien, desde nuestro punto de vista, faltaba un aspecto crucial del arte de la Contrarreforma: lo teatral. Teatro, lo tuyo es puro teatro. Y, consecuentemente, iglesias y otros espacios se conciben como escenarios en los que se representan obras, que narran fantásticas historias de santos y personajes bíblicos, siendo el feligrés un mero espectador de lo que allí se acontecía. Roma, 17 de febrero de 1600: Giordano Bruno es quemado en la hoguera por sus ideas avanzadas en una época de retroceso intelectual y moral. Así se inicia el Seiscientos, aunque será un siglo cuajado de magníficas obras de arte, tales como las capillas Contarelli y Cornaro –las dos empiezan por c–, decoradas respectivamente por Caravaggio y Bernini, protagonistas ellos del teatro de las emociones. La capilla Contarelli, situada en la iglesia de San Luis de los Franceses, alberga tres lienzos hechos por Michelangelo Merisi, Caravaggio, que cuentan algunos pasajes de la historia de San Mateo: la vocación y el martirio ocupan los laterales mientras que el centro se reserva para la escena del santo y el ángel, cuyo primer borrador fue destruido en el año 1945 porque parecía que el ente alado enseñaba a leer al evangelista y ello no podía admitirse (la tela que se puede contemplar en la actualidad es el segundo de los diseños). ¿La novedad? Está clara: afrontar estas historias con personajes reales, de la calle, en lugar de utilizar tipos idealizados como era costumbre en épocas precedentes. Gian Lorenzo Bernini, por su parte, imparte una magistral lección de arte con la capilla Cornaro en la iglesia de Santa María de la Victoria, encargada por el cardenal Federico Cornaro, aunando de manera insólita arquitectura, escultura, pintura y luz para lograr un efecto único, una atmósfera especial que rodease a Santa Teresa en plena experiencia mística con el ángel asaeteando su pecho y suspendidos sobre un cúmulo de nubes, bajo una bóveda pintada por Abbatini. La arquitectura de la capilla es en sí misma el escenario de un teatro y en sus laterales se disponen dos palcos para la familia Cornaro, que asiste ensimismada al acto. Dos capillas, dos espléndidas creaciones. Contarelli y Cornaro: dos ces.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Esculturas pintadas

Viernes 2 de noviembre de 2012

ESCULTURAS PINTADAS
Alejandro Cañestro
Valeriano Venneri



“Recuerdo cómo hoy, este día de 10 de mayo de mil quinientos ocho, yo Miguel Ángel escultor, he recibido de la Santidad de nuestro Santo Papa Julio segundo, quinientos ducados […] por cuenta de la pintura de la bóveda de la Capilla del Papa Sixto, para la cual comienzo hoy a trabajar”. Miguel Ángel nos informa sobre la fecha de inicio de la bóveda de la Sixtina. Rompiendo todo lazo con la tradición artística, concibe el que es considerado como el más grande ciclo de frescos del arte occidental y el primero que pintaba el genial artista, con una superficie de 1100 m2. El Buonarroti elaboró un proyecto complejo, constituido por trescientas treinta y seis figuras, ejemplo de un perfecto conjunto de plásticos volúmenes y deslumbrantes colores ubicados en una arquitectura pintada. La bóveda representa la historia de la humanidad –incluso algunos han visto que se trata de una alianza entre las tradiciones judía y cristiana– desde el caos inicial a la redención con la venida de Cristo, incorporando todos los pasajes bíblicos más significativos, además de profetas y sibilas, eso sí, todos del Antiguo Testamento. El encargo vino de la mano del Papa Julio II, un hombre cuyo ego no conocía límites, con especial intuición para el talento artístico. Miguel Ángel lo representó como el profeta Zacarías, situado encima de la puerta de acceso, por lo que todos los futuros Papas tendrían que caminar bajo sus pies y su mirada, algo que fascinó al pontífice y fue clave para que diera carta blanca al pintor/escultor.
El 31 de octubre se celebró el 500 aniversario de la inauguración de la capilla, cuyo proceso duró desde 1508 a 1512, renovándose así la percepción de la fuerza expresiva del genio toscano. El colosal trabajo consagra al Miguel Ángel pintor, atrayendo sobre él la admiración de sus contemporáneos, entre los que se contaba Rafael Sanzio. Cada año esta espléndida obra de arte es visitada por cinco millones de personas, según las cifras del director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, número tan exagerado que se está pensando limitar el ingreso de visitantes por motivos de conservación.